martes, 27 de septiembre de 2011

El Arbol de la Vida, y los Yo

-Árbol de la vida- Breve reseña de la película desde el análisis de las subpersonalidades de los personajes.

.- El Hijo (Jack):
(Yo Primario) (o ego). El niño desarrolla un Yo primario como el de su madre: el hijo "complaciente". Lo desarrolla con ayuda del ejemplo de su madre y las correcciones de su padre. “Dios ayúdame a ser bueno
(Yo Desatendido), (o Huella psicológica): Esta es la parte de la personalidad que el niño hereda, es el Yo “agresivo”. Este Yo se ve reflejado en el padre y el niño lo rechaza, porque no le gusta en su padre y porque la madre le enseña a ser complaciente; por esto ha de reprimirlo en su interior. Esta agresividad desatendida pasa al inconsciente donde desarrolla toda su energía, esta vez ya sin control y necesitando cada vez más esfuerzo para reprimirla. No es consciente de ella y como parte integrante de su ser quiere ser escuchada. Es lo que lo que en otras entornos llamamos la Sombra. “sólo hago lo que odio
El niño emplea sus energías en mantener a buen recaudo a su Yo agresivo, sin la oportunidad de aprender a atestiguar esta energía y aprovecharla para forjarse un Yo "ejecutivo agresivo" y un Yo "sensible-complaciente", como sistema de opuestos.


.- El Padre:
(Yo Primario): la personalidad del padre está regida por un Yo “controlador/ejecutivo” desarrollado en el ejército y un padre responsable “patriarca” que crea la familia. “todo me ha salido mal, vosotros sois lo único que tengo
(Yo Desatendido): en el inconsciente del padre, como opuesto al controlador existe un Yo "agresivo", que trasmite genéticamente al hijo. De niño, probablemente dio rienda suelta a esta agresividad causándole no pocos problemas y que tuvo que aprender a reprimirla en el ejército. De adulto sigue necesitando toda su disciplina para mantener esa agresividad controlada, y cada día con más esfuerzo (casi pega a su mujer). “pégame, hijo, pega fuerte

.- La Madre:
(Yo Primario): ha desarrollado un Yo "complaciente" para el que, los demás están primero y una "hija del patriarca" sumisa y atenta a las necesidades de la familia. Probablemente lo aprendió en el seno de una familia religiosa muy normativa y de estructura patriarcal.
(Yo Desatendido): en este caso es un Yo no desarrollado: la madre agresiva. Al no conocer esta energía no es capaz de enseñar al hijo a enfrentarse con ella, y reacciona dándole cobijo ante la adversidad.


Problemática: todos son seres poco o nada “despiertos o conscientes”, incapaces de atestiguar su propia esencia interior, su comportamiento. Sin ayuda no tienen posibilidad de equilibrio de opuestos. No existe ego consciente en ninguno de ellos.
La madre dice que “solo es posible la felicidad desde el amor”, pero ésto también es desequilibrio. No es el amor de la esposa complaciente del patriarca el que trae el despertar y la libertad.
Sólo desde el atestiguar lo que somos se desarrolla la consciencia, que nos llevará al Amor pleno, el que abarca todos los opuestos como maestros que el universo coloca en nuestro camino.

Por duro que parezca la vida es así de “cruel-maravillosa”, hemos de aprender la lección que cada maestro exterior nos muestra como reflejo de eso que tenemos “dormido”. No hay personaje bueno ni malo, simplemente “no consciente”.
Pero la película comienza por el final: el despertar a lo que ha sucedido en la vida, pero visto en el universo. Las imágenes del Hubble de la explosión de las estrellas como reflejo de la agresividad del origen, de su fusión como evolución hasta dar lugar a la vida.
La película hemos de verla del mismo modo que las imágenes: como simples testigos, sin juzgar, sin esperar resultados, fundiéndonos en ellas, viviendo todo su esplendor como nuestro. Son una evocación del AMOR con mayúsculas que somos capaces de ver, pero no de creernos parte de él.
La película nos gusta o no en función de esa parte de nosotros con la que se haya identificado alguno de nuestros Yo. Pero si la vemos, desde ese testigo que somos de lo que acontece, nos daremos cuenta que somos todos los personajes. En ese "darnos cuenta" está el secreto, en atestiguar lo que sucede, y eso en definitiva es lo que hace la película, ser nuestro "testigo".