Mindfulness

Mindfulness es una palabra nueva traída a nuestro idioma procedente del inglés. Pero que tiene una profunda tradición en nuestra cultura, siempre la hemos llamado Meditación. Al utilizarla en inglés lo que pretendemos es despojarla de algunas connotaciones que se le han ido pegando a lo largo de los siglos y que tienen poco o nada que ver con su significado profundo.

La meditación es un estado y una actitud en que el místico se coloca en su retiro de silencio. No olvidemos que místico viene del griego mystikos que indica silencio, el que guarda silencio, o más bien el que se expresa mediante el silencio. La meditación es la experiencia del silencio, y precisamente por ser una experiencia no se deja atrapar por las palabras para explicarla. De aquí le viene ese halo de "misterio"; pero en realidad a cualquier experiencia le sucede lo mismo: es inexplicable. ¿Alguna vez has intentado explicarle a alguien la experiencia de saborear un bombón, o un cocido?. Lo más que seríamos capaces de hacer sería escribir una descripción como la que figura en la carta de cualquier restaurante.

En la comunidad occidental, cuando intentamos acercarnos a la experiencia de la meditación nos surge un problema que nos hace muchas veces desistir de continuar con la experiencia. Esta dificultad reside en nuestra mente que es incapaz de centrarse en la experiencia del silencio, de la quietud. 

El método del Diálogo de Voces nos puede ayudar en este "saborear" la experiencia. Una práctica que podemos poner en marcha durante los espacios de meditación es la observación de los pensamientos. Pero el Diálogo de Voces nos propone que en lugar de observar los pensamientos, observemos "quién está pensando". Obviamente sólo tenemos una mente, pero tenemos la habilidad de, al observarla, ver qué Voz interior es la que está interesada en el pensamiento que nos aborda. A veces es nuestro Crítico Interior, que nos trae pensamientos de comparación con otros, otras veces es nuestro Perfeccionista que nos apura para realizar mejor la tarea colocando mejor la espalda o poniendo las manos en un gesto más adecuado, otras es nuestro "Buscador del placer" que nos evoca imágenes y conversaciones que nos resultan divertidas o placenteras. Y así algunos otros más. 

La propuesta desde este blog es que aprendamos a observar quien de nuestras Voces interiores es la que toma el control de nuestra meditación. Una vez observada la voz podemos solicitarle que se calme proponiéndole un espacio de tiempo a lo largo del día en el que le daremos un espacio de atención plena para que pueda expresarse. Luego tendremos que ofrecer ese tiempo prometido a la Voz y escucharla sin juicios.  Con un poco de práctica o con la guía de un facilitador que conozca el método podemos avanzar notablemente en nuestra experiencia de meditar.